miércoles, 15 de febrero de 2012

INTRODUCCION

Cuando hacemos paisajismo estamos jugando con todos los objetos naturales, estamos, de alguna forma, creando nuevas tendencias de ambientar espacios, tomamos los componentes de la naturaleza y los mezclamos con diversos aspectos decorativos. Los componentes a los cuales hacemos referencia son: antrópicos (distribución de suelo y su uso), abióticos (relieve, condiciones atmosféricas, rocas constructivas, agua, viento, hielo) y componentes bióticos (vegetación: plantas, pastizal, montes y alamedas). Cuando unimos a todos ellos armónicamente obtenemos un excelente concepto de paisajismo, armonizamos los ambientes acoplándolos con la naturaleza, costumbres culturales y gustos de cada persona; establecemos una relación entre el ecosistema y el hombre cuya finalidad es fomentar el mejoramiento y la calidad de vida.
Uno de los elementos más significativos dentro del paisajismo es el arcén, podemos definirlo como pequeñas colinas radicales que son creadas con el propósito de establecer altura e interés; son excelentes en paisajes que no requieren de diques o muros; el mejor ejemplo para entender este concepto es imaginar en el centro de una gran zona de césped unos arcenes para ayudar a añadir altura y niveles, es así como evitamos un paisaje aburrido y plano. Son cada vez más las personas que eligen este elemento para decorar sus jardines, y aunque para muchos parezca complejo, no existe ningún truco o arte en especial, el arcén debe ser de 5 a 6 veces el alto de la superficie promedio; en el arcén se pueden colocar rocas o piedras más grandes para darle un aspecto más natural. 

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